1. Introducción
La
fertilidad y fertilización de suelos comprende el estudio de cada uno de los
elementos (nutrientes) esenciales para que toda planta o cultivo se desarrolle
normalmente, estudia también la dinámica de estos elementos y su papel
fisiológico en la planta.
Además
comprende el estudio de los aspectos relacionados con la utilización de los
fertilizantes, su manipulación y manejo, así mismo, aborda aspectos
relacionados con la fertilidad natural de los suelos.
La
fertilización desde hace mucho tiempo ha venido evolucionando, y hasta nuestros
días ha cobrado una gran importancia en las prácticas agrícolas y cuya
evolución está estrechamente ligada con el incremento de los rendimiento en los
cultivos.
Este
proceso evolutivo he generado una especie de círculo, pues. Nuestros primeros
productores usaron como principal fuente de nutrimentos para las plantas, los
productos orgánicos (estiércoles, harina de hueso, leguminosas, etc.,) los que
posteriormente fueron desplazados por los fertilizantes químicos, y estos
últimos por todos los efectos controversiales que ha causado su uso excesivo
tanto en los suelos como en las fuentes de aguas sub terraneas, están siendo
desplazados paulatinamente por los productos orgánicos.
Antes
de entrar en detalles, definiremos algunos conceptos básicos que deben
manejarse y entenderse:
Fertilidad del Suelo: Es
la capacidad que tiene el suelo para suministrar los macro y así nutrientes
necesarios para el normal desarrollo de la planta o un cultivo.
Productividad del Suelo: Se
refiere a la capacidad de un suelo para producir, y que resulta de la interacción
de varios factores: Nutrientes, H20, y/o factores climáticos, Micro fauna y
Flora, etc.
La
fertilidad del suelo es vital para un suelo productivo. Esta fertilidad en los
conceptos actuales no necesariamente está referida a las condiciones químicas
de los suelos, sino también, a sus condiciones físicas. Un suelo fértil no
necesariamente es productivo, las
condiciones de drenaje insuficiente, alta plasticidad, alta resistencia,
sequías, etc., pueden limitar su capacidad de producir, aun teniendo una
fertilidad adecuada.
Es indispensable por lo tanto, para poder comprender
la productividad de los suelos, comprender y entender las relaciones existentes
entre el suelo, las plantas y las condiciones externas existentes.
1.1 Reseña
histórica
Desde
hace mucho tiempo (430. a.n.e) la práctica del uso de abonos orgánicos como
medio para enriquecer el suelo ya era realizada. En la odisea Homero hace referencias a la
utilización de estiércol como abono para las viñas del padre de Ulises.
Xenofonte
menciona en sus escritos de prácticas agrícolas; el enterrado de plantas verdes
como medio de enriquecer el suelo.
Teofrasto
(372-278ª. de C) recomienda el abundante abonado de los suelos poco profundos,
y poco abonado para los suelos ¨ ricos ¨. Afirmo que las plantas con altas
necesidades de elementos nutritivos, eran también a las que debía
suminístraseles agua abundantemente. Otro aporte importante de Teofrasto, fue
la clasificación que él hacía de los estiércoles siguiendo un orden descendente según su
riqueza: humano, porcino, caprino, ovino, vacuno, de buey y de caballo.
La
importancia del abono verde, fue también reconocida por Teofrasto, quien indico
que los agricultores de Macedonia y Tesalia, observaron que además de obtener
altas producciones de semilla, se enriquecía también al suelo.
El uso
de los que conocemos ahora como fertilizante o enmienda no era totalmente
desconocido por los antiguos. Teofrasto sugería la mezcla de diferentes clases
de tierra para ¨ remediar defectos y
dar fuerza al suelo ¨. Ahora conocemos lo beneficioso que esto resulta, pues,
la adición de suelo fértil a uno poco fértil éste último aumentará su
fertilidad, se puede aumentar la presencia de cepas benéficas sobre todo para
la siembra de leguminosas y se pueden mejorar varias características físicas
del suelo.
También
se reconoció el valor agronómico de la marga (material calizo). Los Romanos
quienes aprendieron esta práctica de los griegos y galos, llegaron incluso a
clasificar los distintos materiales calizos, recomendando el uso de uno u otro
material según el cultivo.
Muy
antiguo también resulta la práctica de la quema de los matorrales., los judíos, Jenofonte, Virgilio y Catón, recomendaban la quema de
los rastrojos para limpiar los campos, destruir las malas hierbas y enriquecer
al suelo.
Los romanos
influenciados por las obras griegas sobre agricultura, escribieron también
algunas obras en las que pregonan prácticas como:
1.- Labranza detenida.
2.- Abonos verdes.
3.- Rotación de cultivos.
4.- Uso de cal.
5.- Aplicación de estiércol.
6.- Cultivo de legumbre para el
mejoramiento del suelo.
Con la
invasión del imperio Romano, las ciencias se estancaron y mil años después de
la caída del imperio hubo de suponer algún aumento en el uso de abonos como
estiércol, cenizas, etc. Pero había que
esperar el desarrollo de las ciencias como la biología, química y otras, para
que estos usos se tradujeran en adelantos sustanciales para la agricultura.
J.Van
Heltmont planteó en una de sus teorías que el agua era el principio que hacia
desarrollar el árbol, Sesure (1804) en sus estudios transmitió nuevas ideas y
demostró la absorción de oxígeno y la devolución de C02 en la
respiración de la planta y el proceso de la fotosíntesis.
En
(1840) Liebig informó que las leguminosas necesitaban poco fertilizante
nitrogenado y que las gramíneas lo requerían en grandes cantidades lo que lo
hizo pensar que las plantas obtienen nitrógeno por absorción del amonio del
aire. En (1885) Berthelot demostró que ciertos microorganismos pueden asimilar el
nitrógeno del aire.
Al año
siguiente Hellriea y Wilfrat, presentaron una comunicación en la que
demostraban la relación entre los microorganismos y la fijación del nitrógeno
atmosférico.
En
1893 el joven científico ruso, Prinischikow desarrolló investigaciones
profundas con la producción, aplicación y efectos fisiológicos de los distintos
abonos nitrogenados, fosfóricos y potásicos sobre los cultivos agrícolas.